CAMINO SANTIAGO 2014. 4ª ETAPA. CAMINO PORTUGUES
Viernes. 2 de Mayo de 2014. CAMINO PORTUGUES
4ª etapa del camino de Santiago (Briallos-Teo)
El albergue de Briallos está allí, a 300 m. apartado del camino, lejos de todo, lo más cercano a 2 km. una «tienda» muy pequeñita a orilla de la N-550 que te vende lo justo para poder desayunar.
La tarde anterior habíamos ido a comprar el desayuno de hoy, justito, no había mucho que elegir, leche y magdalenas.
La etapa de hoy también se prevé larga, a las ocho menos veinte nos hemos puesto en marcha después de prepararnos el desayuno.
Con dirección a Caldas del Rey, pasamos por la Capilla de Santa Lucia y Tivo para después de 5 km. llegar a Caldas del Rey, junto a la iglesia de Santa María. Cruzamos el puente sobre el río Umia, visitamos la fuente de las Burgas, y cruzamos el histórico puente de fábrica medieval que cruza el río Bermaña, sellando en el albergue de peregrinos se encuentra justo al lado izquierdo.
Continuamos hacia O Pino (Valga), con dirección a San Miguel de Valga, tomamos un camino de tierra, con un fabuloso bosque de mimosas que nos desciende al río Valga,
Cruzamos por un puente el río Valga y nos dirigimos a Pontecesures, donde dejamos la provincia de Pontevedra para entra en La Coruña, tras una larga caminata por las orillas del rio Sar llegamos a Padrón, famosa por sus pimientos, donde unos pican y otros no, entrando por su mercado de abastos y tras cruzar su magnífica alameda por el paseo del Espolón, visitamos la iglesia de Santiago.
Seguimos hacia Iría Flavia, donde pasamos por su colegiata, para continuar siempre por los arcenes de la N-550 hacia A Escravitude, Picaraña y O Faramello, para llegar al Albergue de Teo.
Ha sido una etapa rara, donde han salido a relucir las diferentes vistas de realizar el camino.
Ya en el albergue de Teo, tuvimos problemas con el alojamiento por culpa de unos «peregrinos» portugueses que llegaron en coche, al final el hospitalero nos metió en el reservado de minusválidos (!como nos vería!), todo ellos con la ayuda de una peregrina madrileña que le echó muchas narices en defendernos, luego me dio la solución para mis ampollas, y para no terminar contento, otra desavenencia en el restaurante entre nosotros por tener diferentes visiones sobre la comanda.
Una etapa de 34,80 km., de la que deslucida mi camino